domingo, 7 de diciembre de 2008

Dudas sobre la inteligencia humana

¡Que sabia es la naturaleza!  Seguro que alguna vez hemos oído o usado esta corta frase, probablemente de una forma recurrente y sin molestarnos en analizar su significado.
Haciendo uso de nuestra inteligencia humana para algo positivo, cabe preguntarnos: ¿hasta donde creemos que podemos llevar el presunto progreso que nos ha mantenido entretenidos?
La aportación humana al largo proceso evolutivo de la vida en la Tierra ha sido más bien pequeña y muy reciente, si tenemos en cuenta las magnitudes de tiempo relativas a su origen. Eso está claro.
Hay varias cosas que también están muy claras y es obvio que no nos han interesado o no hemos sido capaces de observar, y que intentaré enumerar en los párrafos siguientes.
Partimos de la base que el planeta nos sirve de refugio en el inmenso universo. Hubo un momento en el que se crearon las condiciones necesarias para albergar vida. En sus etapas más incipientes, los primeros organismos entraron en procesos de evolución y selección hasta llegar a formas de vida  complejas y es ahí donde se pueden apreciar los primeros destellos de inteligencia natural basada en la progresión de la supervivencia e interesada en perpetuar la vida.
La evolución de las especies siguió un proceso en armonía, creando y seleccionando, haciendo la Tierra más acogedora y habitable, escogiendo a los organismos más resistentes para establecer ecosistemas capaces de dar sustento a la transformación.
Sabiendo que no hay nada eterno, que la norma inherente del origen de la vida es que todo nace y perece en algún momento; parece que la inteligencia natural también lo sabia. Fue entonces cuando, consciente o inconscientemente, provocó el error que pondría la semilla para cumplir con la norma, para poner fecha de caducidad a la vida terrestre.   
La semilla daría lugar a los primeros pasos de primates y más tarde de homínidos provistos de una inteligencia que potencialmente podía crecer paralelamente a la natural y a consecuencia de ello cristalizó en unos supervivientes que se llamarían a si mismos humanos. El resultado de la transmutación sufrida entre primates y humanos permitió a los últimos dotarse de una inteligencia no vista hasta entonces, tenía unas connotaciones diferentes y especiales. Con capacidades racionales y emotivas, era capaz de albergar sentimientos, algunos buenos y muchos malos.
Ante la nueva especie surgida, la Tierra no podía ni imaginar lo que se le venia encima. Los humanos con su inteligencia adoptaron la supremacía sobre la natural y la menospreciaron.  Se convirtieron en seres arrogantes capaces de pensar que todo lo que ya existía estaba por debajo de ellos.
Cabe pensar pues, la humanidad en su pequeña contribución evolutiva ha sido capaz de hacer en poco espacio de tiempo lo que la inteligencia natural hizo en millones de años. Esto ha provocado la aceleración del envejecimiento y degradación del medio terrestre. Cuando se puso en marcha, avanzó a golpes de egoísmo, envidia, ambición desmesurada y empleando todos los demás sentimientos negativos que era capaz de sacar a la luz. Todo para un progreso rápido, salvaje y depredador.
Creo que es hora de preguntarnos otra vez: ¿de que sirve tanta velocidad de progreso sin medida?
Las posibles respuestas me llevan a decir que deberíamos dejar de implantar sistemas de organización y control que no tengan en cuenta todo lo que la inteligencia natural ha conseguido construir. Los humanos queremos avanzar muy rápido y no pensamos que la velocidad te lleva antes al final.
No entendemos que una cadencia en el crecimiento construye un entorno para la vida más agradable para hoy y mañana. Y creo que es muy difícil que lleguemos a entenderlo debido a la dicotomía que sufrió nuestra inteligencia de la natural. No somos una especie capaz de eso ni de comprender que para prolongar la existencia humana es necesario hacerlo respetando y cuidando al máximo nuestro planeta y todo lo que contiene.
En las últimas décadas hemos querido dar pequeñas muestras de poner en práctica correcciones para enderezar nuestro rumbo destructivo. Nos hemos inventado los movimientos ecologistas de extensa teoría y praxis nula, resoluciones que nuestras organizaciones políticas y económicas se toman en broma y no tienen el más mínimo interés en cumplir. Todo ello solo para tener  una pequeña justificación ante nuestra conciencia.        
¿A dónde creemos llevar la existencia humana en la Tierra?
Es posible que ya nos encontremos en un punto sin retorno. Hagamos un repaso de la situación actual, debida a nuestra inteligencia “superior”. Tenemos problemas de superpoblación con la consecuente escasez de recursos. Sufrimos males endémicos: hambre, pobreza, guerras, contaminación. Estamos provocando cambios en el clima que originan desastres, incrementando y agravando todos esos males.
Sin corrección urgente y efectiva será muy difícil postergar la vida que conocemos en algunas décadas. Seguramente nuestra desmesura nos ha encerrado en un círculo vicioso del que no podemos escapar. El monstruo que hemos creado con la superpoblación solo nos permite la huida hacia unas generaciones que cada vez tienen que crecer más y más, y consumir más, contaminar más…  

2 comentarios:

González Luis dijo...

Es un gran texto. Claro y directo. Me parece muy acertado. cuando se ha tenido la experiencia de que se vaya la electricidad de noche y estés en algún lugar cerca de un bosque o con la naturaleza, ese es el punto donde te vuelves a sentir una especie más dentro del planeta.
Es mágica la sensación de inferioridad, de amenaza, compañía y otros sentimientos mezclados.
Parece qu todo se pierde. También hay que saber que la evolución conlleva a Transmutar. Desde dentro y en el contorno.

María José dijo...

Vengo a agradecerte el interés en mis blogs.
Me gustaría saber cómo has llegado a ellos, es simple curiosidad.

La Naturaleza es sabia, la ciencia lo demuestra, somo los humanos los que la estamos destrozando. Y no tiene nada que ver con la inteligencia sino con otros aspectos de la persona como la solidaridad, el altruísmo,la bondad, el compromiso, etc...

En otro de mis blogs, hay una entrada que habla de una cigarra que su ciclo vital funiona con matemáticas: Cigarra Magicicada: Una cigarra que sabe matemáticas

Un saludo y mucha suerte.

Un saludo.